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VICTOR CODINA

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VICTOR CODINA

 

¿Qué es la Iglesia?

 

 

Contenido

 

Presentación

El Plan de Dios

1.              ¿Cómo surge la Iglesia?

              -              Dios reúne al pueblo de Israel

              -              Jesús convoca al nuevo pueblo de Dios

              -              La Iglesia nace en Pentecostés

2.              ¿Cuáles son las características de la Iglesia?

              -              Pueblo reunido en comunidad

              -              Pueblo que construye el Reino de Dios

              -              Pueblo en marcha

3.              ¿Nuestra Iglesia?

Conclusión

 

 

 

Presentación

 

La Parroquia del Rosario de Oruro cumple 30 años de existencia.  Su actual párroco, con muy buen sentido, pensó que la mejor forma de festejar este aniversario era profundizar en el sentido de Iglesia.

 

Para ello me pidió que elaborase algunos temas, para ser reflexionados, compartidos y vividos por los diferentes grupos parroquiales.

 

Más tarde, pensando que tal vez otras comunidades podrían aprovecharse de estos guiones sobre la Iglesia, decidí publicarlos.

 

Este es el origen de estas páginas:  una celebración parroquial.

 

Esto explica también su enfoque, más pastoral que académico.

 

No basta leer este texto personalmente.  Hay que reflexionarlo en grupo, responder a las preguntas señaladas, completarlo con las lecturas bíblicas propuestas, convertirlo en oración y canto comunitario.

 

La misma estructura de estas páginas quiere iniciar y fortalecer la experiencia de la Iglesia.  Porque la Iglesia no es una teoría, sino una comunidad.

 

Desearíamos que este folleto contribuyese no solo a conocer mejor y a amar más a la Iglesia, sino sobre todo a fortalecer nuestro sentido de pertenencia eclesial y nuestro compromiso solidario con su marcha liberadora hacia el Reino de Dios.

 

V.C.

 

 

Introducción

 

El Plan de Dios

 

Nos cuenta el evangelio de Mateo (Mt 16, 13-19) que un día Jesús preguntó a sus discípulos quien decía la gente que era él.  Los discípulos le dijeron que unos decían que él era Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o algunos de los profetas.

 

Entonces Jesús les preguntó quién decían ellos, sus discípulos, que era él.  Pedro tomando la palabra lo proclamó como el Cristo,  el Hijo del Dios de la vida.  Jesús como respuesta le dijo que él sería la piedra fundamental de su Iglesia.

 

También nosotros podemos hacer las mismas preguntas sobre la Iglesia. ¿Qué dice la gente que es la Iglesia? ¿qué dicen ustedes?.

 

A la primera pregunta - ¿qué dice la gente qué es la Iglesia?- seguramente obtendremos muchas respuestas

 

-              para unos la Iglesia es el templo, el edificio donde los cristianos se reúnen los domingos.

 

-              para otros la iglesia son los obispos, los curas, las madrecitas.

 

-              para otros la Iglesia es una institución poderosa que está al lado de los ricos.

 

-              para algunos la Iglesia es una secta más, de las que hoy día aparecen por todas partes

 

-              para otros la Iglesia es una especie de seguro de salvación para la otra vida

 

-              para algunos la Iglesia es simplemente una tradición, un conjunto de costumbres que hemos recibido de nuestros antepasados.

 

Pero a nosotros nos corresponde contestar la segunda pregunta. ¿Y ustedes qué dicen qué es la Iglesia?, es decir ¿qué es la Iglesia para nosotros?.

 

Preguntas para el grupo

 

1.              ¿Qué es la Iglesia para nosotros?.

2.              ¿Qué piensan ustedes de las diferentes, opiniones que la gente tiene sobre la Iglesia?.

 

Las páginas que siguen intentarán aclarar estas preguntas.  Primero intentaremos responder a la cuestión de cómo surgió la Iglesia, luego buscaremos cuáles son las principales características de la Iglesia, y finalmente diremos algo sobre nuestra Iglesia.

 

Así, al final de estas páginas, podremos responder mejor entre todos a la pregunta ¿qué es la Iglesia para nosotros?.

 

“En todo tiempo y en toda nación son aceptos a Dios los que le temen y practican la justicia.  Quiso, sin embargo, Dios santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados entre sí, sino constituirlos en un pueblo que le conocieran en verdad y le sirviera santamente”.

(Constitución dogmática del Vaticano II sobre la Iglesia, n. 9.)

 

El Plan de Dios

 

Dios tiene un plan maravilloso, un gran proyecto, un misterio que se va revelando en la historia: hacer de la humanidad -hombres y mujeres- como una gran familia, que sean sus hijos, hermanos de Jesús y que vivan de su misma vida, gracias a su Espíritu.

 

Por esto Dios creó el mundo, el cielo y la tierra, el sol y las estrellas, las plantas y los animales, y finalmente, la primera pareja humana.  La narración del Génesis sobre la creación relata de formas poética y simbólica este plan de Dios.  Adán y Eva, la primera pareja, viven felices, en armonía con la naturaleza y en comunión con Dios, su Padre (Gen 1-2).

 

Pero este plan pareció quedar arruinando por el pecado.  Los capítulos 3 al 11 del Génesis nos explican de forma gráfica esta irrupción del pecado: la muerte entra en el mundo (Caín mata a Abel, Gn 4), la naturaleza se vuelve contra la humanidad (el diluvio, Gn 6-9), la humanidad se dispersa (la Torre de Babel, Gn 11).  La humanidad quiere vivir su propio proyecto, no el plan de Dios (pecado de Adán y Eva, Gn 3).

 

Vocación de Abraham

 

Pero Dios quiere, a pesar de todo, llevar su plan adelante, y para ello decide llamar a un hombre para que sea el padre de un pueblo, que tendrá la misión de llevar adelante el plan de Dios.  El Génesis, después de los tristes capítulos que narran el pecado (Gn 3-11), comienza con una nueva esperanza:

 

“Yavé (Dios) dijo a Abraham: Deja tu país, a los de tu raza, y a la familia de tu padre y anda a la tierra que yo te mostraré.  Haré de ti una nación grande y te bendeciré.  Engrandeceré tu nombre y tu serás una bendición. Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan.  En ti serán benditas todas las razas del mundo” (Gn 12, 1-3).

 

Abraham creyó, obedeció a Dios, dejó su tierra y caminó hacia un país desconocido.  Partió con su esposa Sara sin saber a dónde iba.  Abraham es la cabeza de un pueblo nuevo, del pueblo de Israel, y el padre de todos los creyentes.  El personifica a todos lo que en nombre de Dios dejan atrás el mundo de muerte, odios y división y caminan hacia una tierra nueva de esperanza.  Comienza una historia de bendición.  El plan de Dios se va a realizar.  Si los 11 primeros capítulos del Génesis representan a la humanidad pecadora, que no se fía de Dios, que mata y se divide, Abraham inicia el comienzo de una era de fe en Dios, de vida y de comunión.

 

“Abraham

es todo aquel que,

en nombre de su fe en Dios

y por causa de su amor a la vida

se levanta contra toda una situación

de injusticia y de maldición

creada por los hombres,

y que para cambiar esta situación

está dispuesto a abandonarlo todo

a cambiar lo cierto por lo incierto

lo seguro por lo inseguro

lo conocido por lo desconocido

el presente por el futuro”.

 

(Carlos Mesters, Abraham y Sara).

 

Preguntas para el grupo

 

¿Qué lecciones sacamos de esta primera reflexión sobre el plan de Dios y sobre la vocación de Abraham para comprender mejor lo que es la Iglesia?.

 

¿Nos dejamos conducir confiadamente por Dios como Abraham?

 

Lecturas bíblicas sobre Abraham.

 

Vocación y vida de Abraham, Gn 12-23

Fe de Abraham, Heb 11, 1-19

Abraham padre de los creyentes, Rm 4

Somos descendientes de Abraham, Gál 3, 1-18

La fe de Abraham le inspiró buenas obras, Sant. 3, 20-23.

 

A

¿Como surge la Iglesia?

 

1

Dios reúne al pueblo de Israel

 

Dios reunió un pueblo: el pueblo de Israel, semilla de la Iglesia.  Veamos sus principales etapas.

 

Liberación de Egipto

 

Los descendientes de Abraham fueron a Egipto.  Allí los egipcios y su rey Faraón les esclavizaron y oprimieron duramente, e incluso Faraón condenó a muerte a los niños varones recién nacidos de los Israelitas.  Uno de ellos se salvó milagrosamente de las aguas: Moisés.

 

Moisés un día, sintió que Dios lo llamaba:

 

“Yavé (Dios) dijo.  He visto la humillación de mi pueblo en Egipto y he escuchado sus gritos cuando lo maltratan sus capataces.  Yo conozco su sufrimiento… Ve, pues, yo te envío al Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel” (Ex. 3, 7.10)

 

El Faraón no dejaba salir al pueblo, pues se quedaba sin mano de obra barata.  Moisés acaudilló al pueblo, y este salió de Egipto atravesando el Mar Rojo.  Dios liberó al pueblo, secando el mar para que el pueblo pasara sin dificultad, pero en cambio atascó las ruedas de los carros egipcios que los perseguían y los arrojó en el mar.

 

Así Dios liberó al pueblo de Israel.  Es la primera Pascua.  Una vez el pueblo liberado, Dios estableció con ellos un pacto de Alianza en el monte Sinaí: el pueblo de Israel sería el pueblo de Dios, y Yavé el Dios de Israel.  Y les entregó los diez mandamientos que son leyes para que el pueblo viviese en libertad (Ex 19-20).  El pueblo de Dios es un pueblo liberado y libre: por eso no adora a los ídolos de la muerte sino al Dios de la vida, por esto respeta las personas y sus bienes, ama la verdad y protege la vida del pueblo como vida de Dios.

 

Cántico del pueblo al ser liberado de Egipto:

“Cantaré a Yavé que se hizo famoso,

arrojando al mar al caballo y su jinete,

Yavé, mi fortaleza.  A él le cantaré.

El fue mi salvación,

El es mi Dios y lo alabaré,

El Dios de mi padre, lo ensalzaré.

Yavé es un guerrero, Yavé es su nombre.

Precipitó en el mar los carros del Faraón y su ejército,

sus valientes se hundieron en el Mar Rojo.

Guiaste con amor al pueblo que rescataste,

lo llevaste con poder a tu santa morada”

(Ex 15, 1-4.  13)

 

Preguntas para el grupo:

 

¿Qué importancia tiene para la iglesia el hecho de que el pueblo de Dios naciese de la liberación de la esclavitud?

¿Se experimenta la presencia de Dios siempre que el pueblo pasa de la esclavitud a la libertad?

 

¿Continúa Dios escuchando el clamor del pueblo?

 

Lecturas Bíblicas;

Sufrimientos del pueblo de Israel en Egipto, Ex 1, 8 -22

Nacimiento de Moisés, Ex 2, 1-10

Vocación de Moisés, Ex 3, 1-12

Paso del mar Rojo, Ex 14, 5-31

Dios hace una alianza con su pueblo, Ex 19

Los mandamientos, Ex 20, 1-21

 

Infidelidad del Pueblo de Dios

 

El pueblo de Dios no fue  fiel a la Alianza, se apartó muchas veces del Dios de la vida y adoró a los ídolos del poder, del dinero y del placer.  El pueblo que había sido liberado de la esclavitud volvió a esclavizar a los más pobres de su propio pueblo.  Sus jefes no fueron buenos pastores del pueblo y éste se dispersó.  Dios envió a los profetas para llamar al pueblo a la conversión y anunciarles una nueva Alianza y un nuevo Exodo.  Y prometieron que Dios mismo iba a ser el Pastor de Israel.

 

“Así dice Yavé: Yo mismo cuidaré de mis ovejas y las vigilaré como un pastor vigila su rebaño cuando está en medio de sus ovejas dispersas.  Así yo también  visitaré las mías y las sacaré de todos los lugares donde se habían dispersado en el día de nubes y tinieblas.  Las sacaré de los países donde están y de todas las naciones extranjeras, las reuniré y las llevaré a su propia tierra y las cuidaré por todos los cerros de Israel, por todos los valles y lugares poblados.  Las llevaré a pastorear a pastos fértiles, a descansar en un buen corral de los altos cerros de Israel.  Yo mismo cuidaré mis ovejas y las haré descansar, dice el Señor Yavé” (Ez 34, 11 - 15).

 

Preguntas para el grupo

 

¿Por qué el pueblo fue infiel a Dios y a su misión?

¿Cuál fue el mensaje de los profetas?

¿Fracasará el plan de Dios?.

 

Lecturas Bíblicas sobre los profetas.

Contra las injusticias y corrupciones de los ricos, Am. 5, 10-12

Anuncio de una nueva Alianza, Jer. 31, 31-34

Contra la religión puramente exterior, Am. 5, 21-25

Dios no se olvida de su pueblo, Is. 49, 14-15

Dios promete una tierra nueva, Is. 65, 17-25.

 

“El Señor es mi pastor, nada me falta

en verdes prados me hace reposar

y a donde brota agua fresca me conduce”

 

2.

Jesús convoca al Nuevo Pueblo de Dios

 

El plan de Dios va a seguir adelante, a pesar de las infidelidades de Israel.  Del pequeño resto fiel de Israel, Dios escoge la semilla del nuevo Pueblo de Dios.  Vamos a verlo siguiendo el evangelio de Mateo, donde Jesús aparece como nuevo Moisés que convoca al nuevo Pueblo de Dios, forma la comunidad, reúne discípulos, enseña, libera, sella un nuevo pacto, envía a una nueva misión.  Pero Jesús no es un simple caudillo, ni un profeta, sino el Hijo de Dios encarnado, y fundamenta su comunidad en la cruz y la resurrección.  Por esto, este nuevo Pueblo, sin negar las características del antiguo pueblo de Israel, las profundizará más.  Si el primer Pueblo de Dios nació de la liberación de Egipto (primera Pascua), el nuevo Pueblo de Dios surgirá de la Pascua de Jesús, de su muerte y resurrección.

 

María, una joven virgen de Israel, es escogida para ser la madre de Jesús,  el Salvador, el Dios con nosotros, Mateo, 1, 18-25.

 

Jesús es el nuevo Moisés, que también será perseguido desde su infancia, Mateo 2.

 

Jesús anuncia el plan de Dios, el Reino: “desde que Jesús llegó ahí, empezó a decir: “Cambien su vida y su corazón, porque está cerca el Reino de los cielos”. Mateo 4, 17.

 

Jesús empezó a reunir discípulos para esta misión y así formar una comunidad.

 

“Caminaba Jesús a orillas del lago de Galilea y vio a dos hermanos: Simón, llamado después Pedro y Andrés, que echaban las redes al agua porque eran pescadores.  Jesús les dijo: Síganme y los haré pescadores de hombres.  Los dos dejaron inmediatamente las redes y le siguieron” (Mateo 4, 18-19).

 

Jesús libera de todas las enfermedades, males y pecados (Mateo 4, 22 - 24).

 

Jesús desde un cerro, promulga las nuevas leyes del nuevo Pueblo: las bienaventuranzas, ser sal y luz de la tierra, la rectitud de corazón, el amor fraterno, el perdón de las ofensas, la sinceridad, la confianza en Dios y no en el dinero, la oración al Padre de todos, el dar frutos de buenas obras (Mateo 5-7).

 

“Felices los que tienen espíritu de pobre, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Felices los que lloran, porque recibirán consuelo.

Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.

Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

Felices los compasivos, que obtendrán misericordia.

Felices los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.

Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios.

Felices los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los cielos”.

(Mateo 5, 1-10)

 

Para Jesús los más importantes en este nuevo Pueblo son los pequeños, los sencillos, los niños, los pecadores, los pobres, Mateo 11,21; 18, 1-14.

 

Para este nuevo Pueblo, Jesús busca responsables: los doce apóstoles y al frente de ellos, Pedro. (Mateo 10, 1-15; 16, 13-20.

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